lunes, 12 de diciembre de 2011

¿Cómo?

Eso es lo que os pregunto… ¿cómo pretendéis que esté bien? Si no dejáis de recordarlo una vez y otra y otra. Si no dejáis de repetirlo hasta la saciedad. Si ella solo habla de ese asunto…

Os juro que lo he intentado pero… ¿cómo? Sinceramente, no puedo.

Aunque lo intente ocultar, me destroza por dentro cada vez que alguien lo dice, cuando mencionáis algo relacionado con el tema. 

¿Cómo pretendéis que mejore? 

¿Cómo pretendéis que esté feliz?


Es imposible. Por más que quiera, no puedo olvidarlo, no puedo olvidar el daño que me hace. Soy incapaz. Y creedme cuando digo que por dentro me está envenenando, me desgarra… y no sé cómo hacer que no pase.

Lamentablemente esto es lo que siento: dolor, impotencia, que todo es inútil y sobre todo, odio. Odio hacia mí misma por ser una puñetera débil que no deja de lloriquear por los rincones sin que nadie le haga el más mínimo caso.

Intento hacer cosas para sentirme mejor, pero la sensación que me dejan es efímera, dura lo que un suspiro, volviendo al momento a esta cosa en la que vivo (que no sé si lo más apropiado es darle el calificativo de “vida”).

Pues nada, aquí me quedo con mi “máscara”, llorando por dentro para que no se note (aunque, para ser sinceros, se nota… y mucho).

Dicho queda.

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