viernes, 9 de diciembre de 2011

Cuando el azúcar sabe a sal... tienes un problema.

Y no es que lo diga yo sola.

Está demostrado científicamente que las personas que se consideran enamoradas pasan de ser personas normales más o menos racionales a ser seres estúpidos, imprudentes, sin sentido ninguno del ridículo y muchas cosas peores.

Por eso, cuando empieces a ver todo de color de rosa, las mariposas no dejen de moverse en tu estómago y creas que la vida te sonríe muchísimo más de la cuenta, ALARMATE, puesto que dentro de nada, si no estás con él/ella, el más dulce de los pasteles te parecerá como la naranja más ácida que hayas probado jamás.

¡No lo permitas!

Dicho queda.

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