lunes, 16 de enero de 2012

Cuando crecemos, se nos muere el corazón

No es una cosa que pase de golpe, pero si es verdad que ocurre.


Dejamos de tener la capacidad de ilusionarnos como cuando somos niños.

Dejamos de fantasear con castillos, príncipes azules y dragones.

Dejamos de reírnos.

Dejamos de hacer tonterías.

Dejamos de decir aquello que primero nos viene a la cabeza.


Conforme nos vamos haciendo mayores, nos volvemos fríos, calculadores, siempre midiendo nuestras palabras para no gastar más saliva que la justa.

Sinceramente, si esto es lo que pasa cuando crecemos, yo no quiero crecer nunca. 

Pretendo conservar mi corazón por muchos años, a pesar de su estado. Mejor tener eso que nada de nada.

Dicho queda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario