miércoles, 11 de enero de 2012

Si siempre nos guiamos por las opiniones ajenas... ¿para qué tenemos las propias?


Esta es una muy buena pregunta y, sinceramente, no sabría contestarla, al menos de momento.

Siempre me he considerado una persona muy influenciable. Por todo el mundo. La verdad es que muy pocas veces hago lo que realmente quiero… Siempre acabo haciendo lo que otras personas me dicen.

Unos pueden pensar que eso es bueno y otros que es malo, todo depende del punto de vista con el que se mire…

Por un lado, es mejor para la persona que se deja influenciar, pues para ella las cosas son más sencillas y además, de esta manera, de una forma o de otra, se contenta a todo el mundo. Pero por otro lado, esto hace que la persona influenciada se quede, en cierto modo, anulada, pues no hace lo que realmente quiere.

Por eso digo yo, que soy una de esas personas, que es bueno hacer lo que otros te dicen y tener en cuenta sus opiniones. Pero lo fundamental es que lo que hagas tengas realmente ganas de hacerlo y no te sientas obligado por lo que te digan otras personas.

Tienes y debes de ser tu mismo.

Dicho queda.

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